viernes, 20 de noviembre de 2009

Algunos consejos para este verano

Ya que vivimos en una zona donde el clima en verano generalmente oscila entre caluroso e insoportable, no hay que olvidar la influencia que tiene la alimentación, desde los alimentos hasta las preparaciones que elegimos, en lo bien o mal que nuestro organismo pueda adaptarse a las altas temperaturas.

Por supuesto que en primer lugar voy a mencionar la importancia de la hidratación. Tomar agua, parece algo obvio cuando hablamos de hábitos de alimentación saludables y enfrentar el calor, sin embargo, hay que prestar mayor atención cuando las temperaturas que tenemos son especialmente elevadas. Es necesario tomar dos litros de agua o más, distribuidos a lo largo del día.

En esta época, generalmente existe una mayor preocupación por la imagen y el cuidado del cuerpo, así es que la gente acude a los gimnasios o a los parques a correr o caminar, más que en otras estaciones del año, por tal motivo es sumamente importante cuidar la hidratación ya que, sumados el calor y el ejercicio, producen un aumento de la sudoración potenciando las pérdidas de líquido.

Es necesario tener especial cuidado en este aspecto con los niños (sobre todo los menores de dos años) y ancianos, quienes son más susceptibles a la deshidratación.

Una buena opción es tener en la heladera - además de agua fría - jarras con jugos de frutas, con poco o sin azúcar, para aprovechar las vitaminas y minerales que tienen, o el tan rico y fresco tereré, siempre y cuando no existan contraindicaciones por alguna enfermedad gastrointestinal o cardíaca. Si no se puede tener la certeza de que el agua es segura, tomar la precaución de hervirla o agregar 2 gotas de lavandina por litro.

Evitar las gaseosas (aunque sean dietéticas), así como las bebidas alcohólicas, ya que además de ser tóxicas para el hígado, tienen efecto diurético, por lo que aumenta el riesgo de deshidratación.

A veces, las temperaturas elevadas producen reducción del apetito, lo cual puede ser bueno para los que necesitan perder peso, pero no tanto para aquellos que no. Para contrarrestar este efecto, se puede recurrir a preparaciones que sean frescas, livianas y de fácil digestión. Suele ser tentador consumir muchos helados o batidos con gran cantidad de azúcar y grasas saturadas, pero existen opciones más nutritivas e igualmente atractivas y deliciosas.  Como postres o meriendas se pueden hacer preparaciones con frutas: ensalada de frutas con yogures saborizados (enteros para los niños y descremados para los adultos), yogur con cereales ricos en fibras como muslix o granola, gelatina preparada con trozos de fruta, postre de gelatina con yogur saborizado (bavarois).

Cuando los chicos no quieren tomar leche o no les gusta el yogur, prepararles licuados de frutas con el agregado de leche, que resultan coloridos, atractivos y muy saludables. En lo posible evitar la leche chocolatada, ya que el chocolate interfiere con la absorción del calcio, o dar algún otro alimento rico en calcio en otro momento, en el mismo día.

Algunas recetas apropiadas para el calor pueden ser ensaladas, pero que tengan todos los nutrientes. A veces se exagera con la restricción de calorías y se consumen ensaladas que, si bien son ricas en fibras, vitaminas y minerales, son muy bajas en calorías. No hay que dejar de lado el grupo de alimentos que nos da más energía, que es el de los cereales y derivados. De esta manera se pueden preparar ensaladas con arroz, combinado con vegetales (tomate, pimientos, zanahoria rallada o remolacha, etc.) y huevo. Ensaladas de fideos caracoles, tirabuzones o moñitos, también con vegetales (pueden ser crudos, como tomate, pepino o pimientos, o hervidos como  chauchas, remolacha o  zanahoria), arvejas o huevo duro. También se pueden hacer ensaladas muy nutritivas con legumbres (lentejas, porotos negros, garbanzos, etc), tomate o pimientos (por la vitamina C, para aprovechar el hierro) y huevo duro. Algunas preparaciones frescas con carnes pueden prepararse con pollo o atún desmenuzados, mezclando con chauchas o arvejas, lechuga, papa y zanahoria. Siempre se puede comer alguna carne grillé o a la plancha como pescado, pollo o carne vacuna, acompañada con una fresca ensalada multicolor. Todas las ensaladas se pueden aderezar con un poco de mayonesa, pero siempre es preferible utilizar solo aceites vegetales, jugo de limón, hierbas aromáticas y un poco de sal yodada.


Algunas opciones de meriendas muy frescas para aquellos que prefieren lo salado pueden ser sandwichs de pan integral o de pan árabe con jamón y queso, o huevo, o atún, o pollo, con vegetales, que pueden ser: tomate, lechuga, zanahoria rallada, pepinillos, etc. Los palmitos también quedan muy ricos. Se puede condimentar con mostaza o mayonesa (baja en calorías para los adultos).

De esta manera cubrimos todos los grupos principales de alimentos: cereales y derivados, legumbres, hortalizas y frutas, lácteos, carnes y huevos, grasas y aceites, agua; limitamos los azúcares y dulces, que solo nos proporcionan "calorías vacías"; disfrutamos de los alimentos y enfrentamos el verano saludablemente.

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