
Por supuesto que en primer lugar voy a mencionar la importancia de la hidratación. Tomar agua, parece algo obvio cuando hablamos de hábitos de alimentación saludables y enfrentar el calor, sin embargo, hay que prestar mayor atención cuando las temperaturas que tenemos son especialmente elevadas. Es necesario tomar dos litros de agua o más, distribuidos a lo largo del día.
En esta época, generalmente existe una mayor preocupación por la imagen y el cuidado del cuerpo, así es que la gente acude a los gimnasios o a los parques a correr o caminar, más que en otras estaciones del año, por tal motivo es sumamente importante cuidar la hidratación ya que, sumados el calor y el ejercicio, producen un aumento de la sudoración potenciando las pérdidas de líquido.
Es necesario tener especial cuidado en este aspecto con los niños (sobre todo los menores de dos años) y ancianos, quienes son más susceptibles a la deshidratación.
Una buena opción es tener en la heladera - además de agua fría - jarras con jugos de frutas, con poco o sin azúcar, para aprovechar las vitaminas y minerales que tienen, o el tan rico y fresco tereré, siempre y cuando no existan contraindicaciones por alguna enfermedad gastrointestinal o cardíaca. Si no se puede tener la certeza de que el agua es segura, tomar la precaución de hervirla o agregar 2 gotas de lavandina por litro.
Evitar las gaseosas (aunque sean dietéticas), así como las bebidas alcohólicas, ya que además de ser tóxicas para el hígado, tienen efecto diurético, por lo que aumenta el riesgo de deshidratación.

Cuando los chicos no quieren tomar leche o no les gusta el yogur, prepararles licuados de frutas con el agregado de leche, que resultan coloridos, atractivos y muy saludables. En lo posible evitar la leche chocolatada, ya que el chocolate interfiere con la absorción del calcio, o dar algún otro alimento rico en calcio en otro momento, en el mismo día.

Algunas opciones de meriendas muy frescas para aquellos que prefieren lo salado pueden ser sandwichs de pan integral o de pan árabe con jamón y queso, o huevo, o atún, o pollo, con vegetales, que pueden ser: tomate, lechuga, zanahoria rallada, pepinillos, etc. Los palmitos también quedan muy ricos. Se puede condimentar con mostaza o mayonesa (baja en calorías para los adultos).
De esta manera cubrimos todos los grupos principales de alimentos: cereales y derivados, legumbres, hortalizas y frutas, lácteos, carnes y huevos, grasas y aceites, agua; limitamos los azúcares y dulces, que solo nos proporcionan "calorías vacías"; disfrutamos de los alimentos y enfrentamos el verano saludablemente.