Parece demasiado bueno para ser cierto ¿no? Sin embargo, estudios recientes indican que existe una relación entre el peso que tiene una persona y la cantidad de horas que duerme.
La explicación es la siguiente: existen dos hormonas que intervienen en la regulación de la sensación de hambre y saciedad, la ghrelina y la leptina.
La ghrelina se sintetiza en el estómago y sus niveles sanguíneos aumentan antes de cada ingesta, estimulando el apetito, y disminuyen con la dilatación gástrica, luego de comer. Cuando las horas de descanso no son suficientes, los niveles de ghrelina aumentan en aproximadamente un 14,9%.
La leptina es otra hormona, sintetizada principalmente por el tejido adiposo (grasa corporal), que actúa como un mensajero que informa al cerebro acerca de la cantidad de grasa corporal, reduciendo el apetito cuando la misma aumenta. Es un regulador del peso a largo plazo. Se ha descubierto que en insomnes crónicos, los niveles de leptina se encuentran disminuidos en un 15,5%.
Esto ocurre en personas que tienen un promedio de cinco horas de sueño diarias, en las que se observó un aumento del índice de masa corporal (IMC) de hasta un 3,6%.
Michael Breus, experto en sueño y descanso en Southwest Spine & Sports de Scottsdale, Arizona, opina que no existe un número mágico de cantidad de horas de sueño recomendadas, sin embargo se puede mantener el equilibrio de la regulación hormonal durmiendo entre 7-8 horas diarias.
Como vemos, tampoco es necesario pasarse el día durmiendo para disminuir el riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad, sino dormir las horas recomendadas para alcanzar un descanso y recuperación adecuados.
Esto demuestra que falta mucho aún por descubrir en lo que respecta al complejo mecanismo de desarrollo de la obesidad, sumando un elemento más a los factores principales en el mantenimiento de un peso adecuado: alimentación, ejercicio y descanso.
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